jueves, 4 de junio de 2015

Tópicos de Madrid y los madrileños, ¿son ciertos?

Hoy, como en muchas ocasiones, "se me ha ido la pinza" pensando en algo y no he tenido más remedio que hablar sobre ello. Todo ha surgido esperando el autobús. La gente andaba por la calle a toda prisa mirando al frente o al móvil mientras los coches se enzarzaban en disputas por el mejor hueco en el semáforo. Inmediatamente, me ha venido a la mente qué pensaría alguien que llegara por primera vez aquí y viera cómo nos comportamos. 

Yo, con Madrid, tengo una relación amor-odio que me durará mientras viva. He nacido aquí y me he criado en un barrio céntrico de la ciudad, pero a la vez he disfrutado de poder salir de la ciudad todos los fines de semana y estar más cerca de la montaña y de un ambiente tranquilo. Por un lado, me gusta tener todo tipo de servicios cerca, pero por el otro, no aguanto los espacios reducidos con mucha gente (cosa que en Madrid ocurre a menudo, en el Metro, el autobús, en un centro comercial, en el cine, en cualquier bar...). Sin ir más lejos, mis amigos no entran en bares con poca gente porque les da la sensación de que no será bueno. Para mucha gente, los mejores son los que tienen tres filas de personas delante de la barra para pedir una ración. Si malos no serán, pero no los aguanto.

En fin, me he puesto a buscar por la red tópicos madrileños y me he sorprendido de comprobar que, en el fondo, muchos son ciertos.

1.- Los madrileños somos unos chulos.
Cierto. En dos aspectos, en la forma de hablar y en cómo vamos por la vida cuando salimos de Madrid. Algunos madrileños, sobre todo mayores, tienen ese acento "chulapo" de la "Verbena de la Paloma", que a mí me resulta encantador. Los no tan mayores, sobre todo usamos una forma de hablar un tanto "macarra". Esto, añadido a que nos movemos por el resto de España como si fuéramos los "Masters del Universo", porque todo lo tenemos más grande y mejor en Madrid, hace que nuestra imagen sea de eso, de chulos. Es una imagen que dentro de Madrid no creo que sea tan real, pero fuera, sí.


3.- Conducimos muy agresivamente.
Cierto. Cualquiera que haya circulado a 110 por la M-30 antes de las obras, y haya tenido que aprender a cruzar tres carriles de golpe para llegar a su salida, sabe que o se lanza, o no sale (y si no sales en tu salida, perderás 10 minutos dando vueltas por algún barrio desconocido hasta recuperar tu rumbo). Esto también es aplicable a cualquier nudo dentro de la ciudad donde nos encontramos 4 carriles para cuatro destinos distintos (por ejemplo, si coges el túnel por error, acabas en la carretera de la Coruña, y vete a saber cuál es la mejor salida para volver a Madrid). Nuestra forma de conducir, por muy tranquilo que sea uno, es pura necesidad. Lo malo es, que cuando llegamos a otra ciudad y vemos un sitio para aparcar en el lado opuesto de la calzada, somos capaces de cualquier cosa para llegar a él antes que nadie. Una vez orgullosos de haber aparcado haciendo una bonita pirula, caemos en la cuenta de que tanto a un lado como a otro, había sitio de sobra.




4.- Pensamos que no tenemos acento.
Cierto. El estar en el centro de las dos Castillas nos hace pensar que también nuestro acento es neutro y que se va incrementando progresivamente según el punto kilométrico de la carretera de turno. Por la A1, llegaremos al acento vasco, por la A2, pasamos por el aragonés y terminamos en el catalán. Por la A4, andaluz y por la A5 el extremeño y portugues, por la A6 el gallego... Por la A3 no notamos nada, ya que todo Madrid se ha desplazado allí y nos sentimos como en casa. En serio, cualquiera que nos oye nos reconoce al momento. Tendría que darnos la pista de que neutro, neutro, no es. Pues no,"ej que" ni por esas.

5.- Siempre decimos que el agua de Madrid es la mejor del mundo.
Cierto. Tenemos nuestro paladar acostumbrado al agua que sale del grifo, que no es mala (tampoco la mejor) y en los bares y restaurantes no pedimos agua embotellada (nos sabe peor). Cuando salgo a cualquier otra ciudad, sin darme cuenta también me voy a los grifos a beber. Acto seguido, me doy cuenta de que no me sabe igual, pero si no está mala, sigo bebiendo. Pasados unos días, mi estómago empieza a rebelarse y aunque empiece con el agua mineral, ya no hay nada que hacer. Estoy deseando beber la rica agua que sale de mi grifo.



6.- Cuando saludamos decimos "¡Hasta luego!"
Cierto. Hasta que una amiga extranjera me lo dijo, no había caído en la cuenta de que era así. Me decía que cuando nos cruzamos con alguien, directamente nos despedimos diciendo "¡Hasta luego!", sin dar oportunidad alguna al diálogo. Tengo que reconocer que yo lo hago. Cuando me cruzo con alguien, aunque no tenga tanta prisa, pero tengo ganas de pararme para charlar, suelto el "hasta luego". Esto resulta mejor que mirar en dirección contraria como si no le hubieras visto y no hay necesidad de pararse. He de decir que el receptor de mi saludo creo que lo agradece, levantando la mano y diciendo exactamente lo mismo: "¡Hasta luego!



7.- Siempre llegamos tarde cuando quedamos con amigos.
Cierto. Si has quedado a las 9 en la puerta del metro de Alonso Martínez con tus amigos, lo más probable es que si te presentas a las 9 seas el primero en llegar. Lo normal es llegar entre las 9 y diez y las 9 y media. Sin exagerar. Cuando son y media y el último no ha llegado, "empezamos a pensar" dónde vamos. En tanto se piensa, ya parecerá el último. El motivo no es únicamente que el metro se haya parado 10 minutos entre dos estaciones o que no hayas encontrado sitio para aparcar, que también, sino que es una costumbre habitual. A ciertas personas, hay que mentirles y decirles que se queda a las 8 y media para que aparezcan más o menos a las 9 y media.



8.- Medimos las distancias en tiempo.
Cierto. Dentro de Madrid, no es lo mismo ir a la Plaza de Castilla en coche, en Metro, en autobús o en el Cercanías. La distancia no es lo importante. Lo importante es cuánto tiempo te va a costar llegar hasta allí. Esa es otra de las razones por las que siempre llegamos tarde, necesitamos ser optimistas y pensar que se tarda menos en llegar, porque si no, no saldríamos de casa. 

Lo mismo ocurre cuando salimos de la ciudad. Madrid y el resto de localidades de la Comunidad forman un nudo complejo de carreteras, circunvalaciones, trenes, metros, metros ligeros, interurbanos...por el que nos movemos constantemente. Tengo una amiga en Alcobendas y tardo menos en ir a su casa, que en ir a mi hospital de referencia en el barrio de Moncloa, aunque vaya en coche. ¿Para qué me sirve saber a cuántos kilómetros está cada cosa?

9.- No aguantamos a la gente que funciona despacio
El mundo laboral en las empresas madrileñas es bastante competitivo. Cuando buscas un servicio, sin buscar mucho encuentras a diez empresas dispuestas hacerlo. Si has tenido una mala experiencia con una, a la siguiente vez buscas otra y ya está. Eso también se traduce en que si tú eres parte de una empresa, tienes que ser muy diligente para no perder a tus clientes. La consecuencia es que cada vez se demanda más inmediatez, y quien no puede llevar el ritmo, se queda fuera. Por ese mismo motivo, cuando salimos fuera de Madrid y nos encontramos con alguien que no hace tres cosas a la vez, nos tiramos de los pelos impotentes esperando a que termine de hacer una cosa y se ponga con la siguiente.

Por otro lado, somos capaces de enfrentarnos impasibles ante largas colas. Eso sí, tenemos claro que, cualquier gestión administrativa, ha de terminarse antes de las once. Si llegas a un organismo oficial a las 9 y media de la mañana y tienes 20 personas delante, probablemente no tardes más de media hora en hacer tu gestión. En cambio, si llegas a partir de las 10 y media, ya puedes darte por perdido. Los funcionarios empiezan a desaparecer de sus mesas para tomarse el café y fácil tienes una hora por delante hasta llegar a la ventanilla. Eso sí, no te olvides de llevar todos los papeles y más, porque si falta algo, has perdido el día.

10.- Aquí no hay madrileños de verdad.
A ver, considerando madrileño a alguien con sus 4 abuelos nacidos en Madrid, creo que haberlos, hailos, pero no sé dónde. Puedes llegar a encontrarte con alguien que tenga una rama más de Madrid que la otra. Lo bueno, es que cuando preguntamos a nuestros amigos dónde pasarán las vacaciones, todos tienen pueblo. El pueblo de mis abuelos, de mi madre...muchos tienen hasta dos pueblos donde elegir. Nos seguimos considerando madrileños porque, cuando llegamos al pueblo, los vecinos nos ven como perros verdes y no paran de recordarnos que somos de Madrid. Así que finalmente te das cuenta de que no encajas en otro sitio. Si vives en Madrid, eres de Madrid.



11.- Somos como una plaga cuando hay un puente o estamos de vacaciones. 
Es inevitable. Actualmente vivimos en la Comunidad de Madrid 6 millones y medio de personas estresadas y deseosas de abandonar nuestro particular infierno diario a la menor oportunidad. Cuando hay posibilidad de coger un puente después de 2 meses y medio sin un triste día festivo, aunque truene, cogemos el coche y salimos disparados. La mayoría se va a las playas de Valencia y allí se encuentra inevitablemente con sus vecinos o compañeros de trabajo. El resto, a hacer turismo rural y escapar del ruido de la ciudad. Vayas donde vayas, te encontrarás madrileños comparando lo que vean con su amada-odiada ciudad.



Así que, si en vuestro pueblo o ciudad aparece de repente una marabunta de madrileños, sed comprensivos con nosotros. Vivimos en una burbuja llena de gente, ruido, obras, coches y estrés, donde estamos constantemente luchando por llegar a tiempo. Nos cuesta desconectar y no nos damos cuenta de que resultamos algo perturbadores.



A mí me encanta salir de aquí y ver cómo se puede vivir más tranquilo. Si pudiera...pero no, al final echaría de menos esto. 






5 comentarios:

Unknown dijo...

El madrileño es la peor gente q ay en toda Europa podría decir muchas descalificaciones pero no lo voy a hacer solo que son malos y gentuza

Susana Ortiz de Roda dijo...

Agradezco tu sinceridad y supongo que conoces muchos madrileños para hacer ese tipo de descalificaciones. Siento que percibas eso de nosotros. Yo conozco a mucha buena gente y encantadora.

Unknown dijo...

gentuza seras tu. Yo soy de Madrid y orgullosa que estoy. Verguenza me daria ser española y decir que otro español es lo peor de europa.Somos unpuntuales y chulos pero muchos querrian haber nacido aqui y la pruba de q aqui se vive bien es toda la gente q viene de otras comunidades y viene aqui a buscar oportunidades y se acaba quedando

Unknown dijo...

*inpuntuales

Unknown dijo...

perdon por las faltas